La importancia de cuidar tu suelo pélvico en la menopausia

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La menopausia marca el fin de una etapa y el inicio de otra y normalmente no suele agradar a las mujeres que llegan a ella. Nuestro cuerpo deja de ser fértil y no podremos volver a quedarnos embarazadas pero no por eso debemos dejar de lado nuestro suelo pélvico. Ya que la menopausia implica hasta un tercio de la vida de una mujer deberíamos cuidarlo como se merece.

Durante la menopausia se produce una bajada de estrógenos que puede favorecer la aparición de disfunciones en nuestro suelo pélvico como los prolapsos o la incontinencia urinaria. El déficit hormonal que se produce durante esta etapa provoca ,además de los típicos sofocos o la aparición de la osteoporosis, que nuestros órganos pélvicos sufran importantes cambios.

Por un lado, la pérdida de masa muscular generalizada que se produce en la menopausia también afecta a la musculatura de nuestro suelo pélvico por lo que al estar más débiles seremos más propensas a padecer algún tipo de disfunción. La disminución de los estrógenos afecta también a la calidad de nuestro colágeno, que es uno de los componentes principales de nuestros ligamentos. Los órganos pélvicos como la vejiga o el útero están sujetos por multitud de ligamentos por lo que si su calidad baja puede producirse un descenso del órgano y provocar un prolapso. Además durante esta etapa se produce una atrofia y un deterioro del riego sanguíneo de la uretra por lo que seremos más propensas a padecer una incontinencia urinaria.

Pero no sólo los problemas pueden venir por debilidad del suelo pélvico, con la bajada de estrógenos la lubricación de la vagina disminuye notablemente por lo que podemos sufrir una dispareunia, o lo que es lo mismo, dolor durante las relaciones sexuales.

¿Qué podemos hacer para evitar estos cambios?

Lo primero de todo será acudir regularmente a nuestras revisiones ginecológicas ya que será el médico quien determine si necesitamos algún tratamiento hormonal sustitutivo o si tenemos alguna alteración en nuestros órganos pélvicos.

Para aliviar la sequedad vaginal podremos utilizar lubricantes durante las relaciones sexuales que evitarán que éstas sean dolorosas. Además debemos comer alimentos ricos en fibra para evitar el estreñimiento ya que este es una causa importante de alteraciones en nuestro periné que pueden desembocar en incontinencia urinaria y/o fecal.

Podemos realizar también ejercicios de fortalecimiento de suelo pélvico que nos ayuden a evitar los prolapsos y la incontinencia.

Pero lo más importante de todo es acudir a un especialista si creemos que tenemos algún tipo de disfunción, por muy tonta que nos parezca. Al contrario de lo que podamos pensar las perdidas de orina no deberían ser normales en la menopausia y no deberíamos conformarnos con ponernos una compresa y seguir con nuestra vida ya que casi siempre tiene solución.

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