El estreñimiento es aparte de un problema en sí mismo una de las causas principales de la debilidad del suelo pélvico pero ¿Por que puede afectar este trastorno a nuestro periné?
Por estreñimiento se entiende una frecuencia de defecaciones inferior a tres veces por semana, cuando se tiene molestias durante la evacuación, las heces son muy duras o se tiene una sensación de que no se ha terminado de evacuar. Es un trastorno muy frecuente, sobretodo en mujeres durante el embarazo y la menopausia, de hecho se cree que casi un tercio de la población la sufre.
El estreñimiento va acompañado generalmente de grandes esfuerzos y maniobras para evacuar y son estas mismas las que pueden ocasionarnos disfunciones en el suelo pélvico. Al realizar un empuje constante y aumentar considerablemente la presión en el abdomen se puede ayudar a que la musculatura de nuestro suelo pélvico, que ejerce de sostén de nuestros órganos, se debilite y no pueda cumplir su función. Si además tenemos un prolapso, éste puede verse agravado por el empuje continuo que realizamos sobre él al defecar.
¿Cómo podemos evitar el estreñimiento o conseguir que no sea tan dañino para nuestro suelo pélvico?
Aquí van algunos consejos que pueden ayudarnos:
- Bebe una cantidad suficiente de agua al día, en muchas ocasiones el estreñimiento se debe a que las heces son demasiado duras y nos cuesta expulsarlas. Bebiendo al menos un litro y medio de agua al día las heces serán más blandas y la defecación será más fácil
- Toma fibra: los alimentos ricos en fibra ayudan al tránsito intestinal. Podemos obtenerla de frutas, verduras, cereales y legumbres.
- Haz ejercicio: la actividad física también ayuda a regular tu aparato digestivo. Empieza por 20 o 30 minutos al día de ejercicio suave como caminar.
- Establece una rutina para ir al baño, intenta que sea siempre a la misma hora. Además debes ir al baño cuando sientas la necesidad de defecar, retrasarlo sólo servirá para agravar el estreñimiento.
- Evitar realizar maniobras que fuercen la defecación como empujar sin respirar o apretarnos la tripa. Adopta una postura que facilite la evacuación. Puedes poner una banqueta que eleve tu pies y con la espalda bien recta realizar los pujos suavemente ayudándote de la respiración y haciendo espiraciones lentas.
Si estos consejos no funcionan te recomiendo que acudas a tu médico, el podrá decirte que es lo que más te conviene en tu caso.