Dispareunia, es probable que nunca hayamos oído esta palabra pero seguro que alguna vez hemos oído hablar de lo que conlleva este trastorno. La dispareunia, que afecta mayoritariamente a las mujeres, es definida como el dolor durante las relaciones sexuales pero no se reduce solo al ámbito del sexo si no que la mujer puede sentir también dolor en otros momentos como durante las revisiones ginecológicas o al introducirse un tampón.
Es un problema que afecta a mucha más gente de la que nos pensamos pero por vergüenza o pudor lo esconden y no le ponen solución, de hecho el 70% de las parejas esperan a pedir ayuda entre uno y dos años.
Las causas de este problema tan frecuente pueden ser varias. Por un lado el trastorno puede tener origen en un problema psicológico, ante el cual deberíamos consultar con un sexólogo. Pero si el origen es orgánico debemos saber que nuestro fisioterapeuta puede sernos de gran ayuda.
Muchos casos de dispareunia se producen tras el parto. Después de este acontecimiento el suelo pélvico sufre un trauma muy grande y es probable que durante un tiempo se tengan molestias durante las relaciones sexuales. Si además se ha realizado una episiotomía o se ha producido un desgarro la cicatriz se ha podido fibrosar y puede producir molestias durante la penetración. En este caso los masajes perineales con aceite de rosa mosqueta pueden ayudarnos a solucionar el problema.
En muchas ocasiones son los problemas psicológicos como el estrés o la ansiedad los que nos llevan a desarrollar un problema físico y de la misma manera que acumulamos tensión en el cuello o la espalda, esta tensión puede llegar hasta nuestro suelo pélvico y provocar una hipertonía de la musculatura impidiendo o dificultando las relaciones sexuales.
La endometriosis, infecciones vaginales como la candidiasis, malformaciones, falta de lubricación o la irritación debida a los métodos anticonceptivos también son causas frecuentes de la dispareunia.
Este trastorno puede afectar a mujeres de todas las edades y condiciones y si no se trata a tiempo puede llegar a desembocar en un problema mayor: el vaginismo. Sea cual sea la causa no dudes en consultar a tu fisioterapeuta ya que este podrá ayudarte a encontrar una solución a tu problema.