Si como explicábamos la semana pasada tienes síntomas claros de que estás de parto, ha llegado el momento de acudir al hospital pero, ¿Qué ocurre a partir de entonces?
El parto se divide en 3 fases: dilatación, expulsivo y alumbramiento. Hoy nos vamos a ocupar de la primera, de las dos restantes te hablo en este post. La dilatación es la más larga de las tres ya que abarca desde que el cuello del útero empieza a borrarse y a dilatarse hasta que alcanza los 10 cm de dilatación y está listo para que el bebé salga.
Vamos a explicar brevemente que significa que el cuello uterino esté borrado y dilatado. El cuello del útero es la estructura (que se mantiene cerrada y estanca durante todo el embarazo) que separa y mantiene aislado a nuestro bebé de la vagina que lo conecta con el exterior. Para que nuestro bebé nazca es necesario que el cuello uterino se abra totalmente y ahí entra el proceso de borrado que es el adelgazamiento que sufre este tejido y la dilatación, que es cuando se abre por completo. La siguiente imagen lo explica perfectamente.
Esta fase puede durar en mujeres que no han dado a luz nunca hasta 14 horas y en aquellas que si lo han hecho hasta unas 7. Por supuesto durante la dilatación las contracciones no sólo no paran si no que se hacen cada vez más intensas y dolorosas por lo que mantener una adecuada oxigenación mediante la respiración es fundamental para tu bienestar y el de tu bebé. En la primera fase de la dilatación, cuando las contracciones son menos intensas y más espaciadas, céntrate en tu respiración cogiendo aire por la nariz y expulsándolo poco a poco por la boca. Estar concentrada en la respiración hará que no pienses tanto en el dolor que sientes con cada contracción. A medida que las contracciones aumentan en frecuencia e intensidad ve aumentando la frecuencia de tus respiraciones pero sin olvidarte de expulsar el aire o podrías empezar a hiperventilar.
Si no te han puesto la anestesia epidural puedes adoptar diferentes posturas que te van a ayudar a llevar mejor el dolor y a favorecer la dilatación. Caminar entre contracciones es un ejercicio muy sencillo que ayuda a que el bebé baje hacia el canal del parto, además la presión de la cabeza del bebé contra el cuello del útero hace que la dilatación sea más rápida.
Sentarte en un balón de Pilates puede ayudarte a acelerar el proceso de la dilatación ya que se sigue manteniendo la posición vertical y además te permite realizar movimientos encima de la pelota que te ayuden a sobrellevar mejor el dolor. También puedes ponerte a cuatro patas y realizar movimientos circulares con las caderas o sentarte sobre tus talones e inclinarte hacia delante. Tu propio cuerpo te va a indicar en cada momento la posición más cómoda y menos dolorosa para ti, solo tienes que escucharle. Tu pareja puede ayudarte dándote pequeños masajes en la zona lumbar entre contracción y contracción. Debes consultar primero con el ginecólogo o la matrona si puedes moverte durante la dilatación y si te dan el visto bueno puedes poner en práctica cualquier posición que te resulte cómoda.